Deja Cisne blanco que escuche el danzar de tus
dedos,
Pisando suelos albinos y cielos negros,
corre lento, canta en silencio conviértete en
recuerdo.
Esconde todo aquello dicho, naufraga sin oídos,
despide mi sueño nulo entre los ruidos,
entierra mi calma y luces no vividas,
sé mi vino en la copa de finos olvidos.
Transige la lluvia de ilusiones postergadas,
vete ya
de la tierra con cruces clavadas
vuela por siempre hoja rojiza,
condesciende a la flauta hacerse ceniza.
Deja cisne blanco aletargar al trovador,
evanescente en tu mirada,
y en
vino féretro se oxide la melodía, que te dio vida algún día.
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